Regreso al charco

Hace un par de días retomé un deporte que lo había dejado por falta de tiempo y por la exigencia física que demandaba: la natación.

Para muchos, la natación es el deporte más completo que existe y razones sobran. Trabajas la mayor parte de tus músculos, evitas lesiones de espalda, rodilla, etc y además, los médicos lo recomiendan para la rehabilitación y para enfermedades respiratorias como el asma.

Entonces, luego de un agotador año 2009 y con escazos dos meses por "descansar" (empiezo la universidad en marzo), decidí inscribirme en un curso de un mes para volver a relajarme bajo el agua, como me gusta decirlo.

En un principio tuve mucha ansiedad, hace cinco años que no "pisaba" una piscina. Siempre he sido un deportista disciplinado pero rebelde, ¿como así?. Me gusta exigirme en un 110%, hasta llegar al punto más alto de mi resistencia, pero detesto que algunos deportes utilicen ciertas reglas que, si no acatas, no puedes realizar dicha disciplina.

El uso del gorro nunca me ha agradado, siempre que salía de casa intentaba esconderlo debajo de la cama y al llegar a la piscina decir que me había olvidado. Hasta que mi papá compró otro y siempre lo llevaba con él. Por otro lado, los lentes son otra historia, no me incomodaba ver la piscina con mis ojos directamente pero acababan más rojos que un tomate, aparte del dolor que era molesto.

Vamos al tema, el hecho es que empecé mis clases con una vuelta de calentamiento de crol (libre de frente). Al terminar la vuelta completa, sentí un dolor inesperado en mis brazos. Algo estaba mal.
Para la segunda vuelta, no arriesgue y use el impulso de mis piernas para llegar sin esforzar mis brazos. El resultado: brazos y piernas agotados en dos vueltas, que regreso para más increíble.
Aunque me dolía todo el cuerpo, continúe con la práctica y seguí al pie de la letra lo que me mandaba el profesor.

La clase acabó y tuve que hacer un esfuerzo enorme para salir de la piscina. Un día de relajamiento, eso es lo que había tenido y; sin embargo, no estaba relajado para nada.

Lo bueno de retomar un deporte dejado en el pasado por factores "equis" es la sensación de regresar a jugar nuevamente, a entrenar como antes, a estar en un ambiente ya conocido. Lo malo, el físico, siempre tienes que hacer ejercicio es lo que me decía mi papá, ahora ya sé por qué lo decía.
La siguiente clase, estoy seguro que empezará la carga pesada, a correr todas las mañanas... de nuevo. Bonitas vacaciones

Escrito por David