Una víctima más del hinchaje. Nolberto Albino Solano, chalaco de 34 años, se inicio en el año 1992 en el club Sporting Cristal. Luego de una temporada de éxitos y perteneciendo quizás al mejor equipo celeste de los últimos años, junto a grandes figuras como Roberto Palacios, Flavio Maestri, Jorge Soto; decide emigrar.
Un año en Argentina y diez años en Inglaterra, quizás los mejores años de "Ñol". Para este tiempo, Solano ya no era el mismo, su físico lo traicionaba y las leisones eran más frecuentes.
Después de su paso rápido por Grecia (AE Larisa) decide regresar. Hace un par de años, él había declarado que si regresaba iba a jugar por Sport Boys, su gran amor. Lamentablemente para "Noby", el equipo chalaco había descendido con lo que el mercado aguardaba el aterrizaje del jugador para empezar las ofertas.
Pero eso nunca se dio, Solano firmó antes de su llegada y el club elegido fue Universitario de Deportes, que en este tiempo había vuelto por el camino de los triunfos al haber ganado el torneo Apertura 2008, aunque no consiguió el título nacional por no clasificar entre los siete primeros del Torneo Clausura.
Entonces, muchos hinchas celestes voltearon la mirada hacia su ídolo, el hombre que fue tricampeón (1994-1996) y subcampeón de la copa libertadores con la celeste en el pecho.
Todos se preguntaban si era cierto que Solano firmó por el "enemigo". Todo fue claro cuando Solano llegó y se pusó la camiseta crema.
Solano, ya había desmentido el posible hinchaje o cariño hacia la insititución rimense. "Yo soy hincha del Boys" repetía cada vez que venía de vacaciones. Así que, aparentemente, los hinchas lo ignoraron y lo tacharon de la "banderola" de ídolos.
Pero no fue así, a días del enfrentamiento de Solano contra su ex equipo, los hinchas sacaron las garras, como lo hicieron contra Flavio Maestri en el 2004 o como lo hicieron contra Jorge Soto en el 2008, por el mismo concepto iban a "recibirlo": Traición.
Pero Solano no se quedó atrás, y respondía con la tranquilidad como cuando lanza esas benditas pelotas de gol, o como cuando ejecutaba los tiros libres.
El "Extremo..." "mató" a Solano, pero él ni siquiera sintió el disparo, cual profesional tapó sus oídos y se puso a jugar. Marcó el camino para el gol de su equipo, aunque al final la estadística dice que Solano, hasta el momento, no ha podido ganarle a Sporting Cristal.
El hinchaje es un sentimiento, pero sobre eso debe primar el profesionalismo y el respeto. No queda mucho por decir, Solano seguirá con la misma actitud de siempre y el hincha, bueno, a veces se debe intentar entender lo intendible. Quizás Universitario pase por lo mismo cuando Solano decida irse al club de sus amores, Sport boys. Cuestión de hinchaje, pocos lo entienden.
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